-->

CUALIDAD FÍSICA 1

(Volver al Index)

Tabla de Autoevaluación
T P
C
A
OBJETIVO
LEY 1 1
1
4
6
3
MENTE
100%
LEY 2 2
0
7
0 1
LEY 3 3
2
3
5
2
CORAZÓN
LEY 4 4
0
0
0
0

"¡SI LO SABES, DILO FUERTEMENTE!"

Es una orden que debes decirle al espejo. Esta voz indica hablar lo suficientemente  fuerte como para que todos escuchen bien y transmitirles entusiasmo y respeto. Pero no gritando.

Lo que NO significa

Hablar fuertemente no significa alzar la voz de manera que sobrepase lo que socialmente se admite como equilibrado. Exagerar el volumen en un momento en que se espera cordura podría arrojar dudas sobre la salud mental de la persona.

Hablar fuertemente no significa gritar ante alguien que tenemos a uno o dos metros de distancia, como la que se mantiene en una conversación habitual o la que separa al espectador de los altavoces de su televisor, o como cuando se habla por teléfono (gritar por teléfono denota un desequilibrio o desbalance en el entendimiento de la función de un micrófono o auricular).

Hablar fuertemente no significa alzar la punta de la nariz exageradamente y abrir tanto la boca que la persona que está delante nos vea todas las muelas y hasta la campanilla de la garganta.

Hablar fuertemente no significa impactar con la voz de modo que se invada y sature el ambiente con resonantes sonidos que rayan en gruñidos.

Lo que significa

Hablar fuertemente significa alzar la voz de modo que todos los asistentes al discurso puedan escuchar con comodidad y suficiente claridad todas las palabras y expresiones del orador. Implica criterio equilibrado para darse cuenta de no exagerar.

Hablar fuertemente significa comprender la diferencia entre hacerlo con o sin micrófono. A falta de un equipo de sonido, el orador debe alzar un poco la voz, suficiente para ser oído por todos, pero no es necesario alzar mucho la voz si se cuenta con un micrófono. El micrófono se inventó para no tener que gritar. Usar un micrófono para gritar es muy desconsiderado de parte de un orador. Gritar sus discursos es la marca más notoria de los demagogos.

Hablar fuertemente significa alzar la voz hasta que esta sea capaz de atravesar oídos tapados, pero no tanto que apabulle si están destapados. No queremos llegar a la última fila ahogando a los que están en primera fila. ¿Cómo lograrlo?
Practicando resonancia.

La resonancia permite que la voz llene la sala sin apabullar a las primeras filas. A falta de resonancia, llegar a las últimas filas podría requerir una voz gritada, lo cual es muy inapropiado si se trata de un discurso decente, digno y propio de un auditorio culto.

La voz gritada, es decir, que excede la comunicación razonable, afea la expresión y deslustra la imagen. Nadie esperaría que un cliente ingrese a un banco y comience vociferar ante el que atiende en la ventanilla. Tampoco se esperaría que un presentador de televisión grite al telespectador como si estuviera a cien metros de distancia, sabiendo que este tiene en sus manos un control de volumen.

Hablar fuertemente significa modular la voz de modo que llegue a todos sin ser desagradablemente ruidosa. ¿Y qué significa modular la voz? Modular significa acomodar los órganos de la voz de manera que se le extraiga más provecho que el habitual. Es todo lo opuesto a gritar.

No tienes que estudiar los órganos de la voz, pero sería lo ideal. Puedes cultivar tu voz en un sentido básico con algunos ejercicios sencillos, recomendados en el apartado dedicado a la pronunciación.

El grito tiene su lugar. En ocasiones gritamos cuando nos divertimos. También gritamos cuando tenemos que advertir de un peligro a alguien que se encuentra lejos. Y gritamos cuando nos reímos a carcajadas y disfrutamos de la vida con los amigos. Pero no vociferaremos un discurso dirigido a seres inteligentes que deben tomar decisiones con base en el razonamiento, no en la emotividad.

Por último, hay que gritar cuando se trata de una actuación de doblaje para películas que presentan a actores gritando a voz en cuello en ciertas escenas. El actor de doblaje debe gritar consecuentemente. Sin embargo, su grito no es un grito cualquiera, sino uno estudiado para crear el efecto que el director desea. Además, es un grito estudiado en el sentido de que no daña sus órganos de la voz, sino que aprovecha su resonancia. ¡Está actuando el grito!

ARRIBA